Hola a todos, este cuento lo he escrito yo, la base es de un reencuentro de personajes Disney, y está muy chuli. Oa animo a que lo leáis.
EL SUEÑO DEL PERDÓN
Érase una vez un Gran Reino unificado, reinaba la paz, alegría y armonía. El gran palacio real se podía ver a gran distancia, su tamaño era enorme y estaba situado en el centro del Gran Reino.
Una persona caminaba con paso veloz y decidido por uno de los pasillos del palacio. Parecía preocupado o nervioso, era el rey Stefan, marido de la princesa Aurora que pronto iba a ser reina. Stefan andaba de aquí para allá pensando en los preparativos para la coronación de su esposa, que debía de ser perfecta hasta el más mmínimo detalle.
El mayordomo Joahn, seguía al monarca recitando una lista de preparativos realizados para la coronación de Aurora.
-El menú está listo, la música también, faltan las invitaciones... ¡Oh no, las invitaciones!
-¡Que horror! Poned a todas las personas al servicio de la corte a mandar las invitaciones a los demás lugares- contestó el rey.
Mientras en el palacio se vivían momentos frenéticos, en la Aldea de Trapo, comenzaban a llegar las primeras invitaciones a la coronación de la princesa.
-¡Chicos mirad! Nos han invitado- exclamó Pinocho.
Era un día normal en la aldea, pero sólo por el motivo de recibir las invitaciones, se armó u revuelo enorme.
Las invitaciones también llegaron a la casa de Mickey Mouse, y sintieron muchísima alegría al saber que esa noche tendrían una reina
Muchos kilómetros más lejos de allí, estaba la selva, tan verde y colorida como siempre. Las invitaciones empezaron allegar allí, Mufasa (El Rey León) fue el primero en recibirla y avisó corriendo a Simba, Timón y Pumba, no contuvieron la emoción.
-¡Que felicidad, la pequeña Aurora será reina!- dijo Timón llorando.
-¡Ni que fuera una niña Timón, ya es una mujer!- comentó Pumba.
-Dejad de debatir sobre eso...- dijo Simba entre risas.
La selva estaba más animada que nunca gracias a la gran noticia.
El Claro de los Cuentos no quedaba demasiado lejos pero era una distancia considerable. Las invitaciones tardaron mucho en llegar a las manos de las hadas, Campanilla no paró de gritar, tenía un carácter muy animado.
-¡Roseta! Mira esto...¡Aurora será la reina!- dijo Campanilla.
-Madre mía, ¡qué vestido me pondré... y tengo que peinarme!- exclamó Roseta.
-Tú tan presumida como siempre...- dijo Campanilla riéndose.
La Hondonada de las Hadas se llenó de risas y emociones.
Todo el Gran Reino no podía contener la euforia y alegría de los habitantes, pero alguien, una persona, era infeliz.
-¡Genial!- dijo Stefan - todo está listo.
-Muchas gracias por organizar mi coronación- le dijo Aurora con los ojos llenos de luz y serenidad.
-Será mejor que te vayas preparando, empezará en breve.
-De acuerdo cariño.- dijo Aurora esbozando una sonrisa.
Por un momento, ella pensó en su nacimiento y los horribles sucesos que le ocurrieron en el pasado, pero se olvidó del tema, pues debía mantener la mente fría.
Mientras tanto,en los confines del Gran Reino alguien furioso y malvado soltó una carcajada terrible.
-¡Hahaha! Por fin llegó mi venganza...
Era una voz espantosa, te ponía el vello de punta y pertenecía a Maléfica.
No por esto la alegría del reino cesó pues nos habitantes no vieron ni oyeron nada. Las hadas se preparaban organizadamente, en la selva los animales preparaban las ofrendas para llevarlas al palacio, y en la Aldea de Trapo todo surgía con calma pero a la vez con entusiasmo y energía.
-¡Oh, me encanta este vestido!- exclamó Aurora mientras se probaba la vestimenta para la coronación. Era un vestido largo con una gran cola, era de color beige con detalles en dorado, tenía los hombros descubiertos y unas flores en la parte inferior. Aurora lucía un peinado magnífico, una tiara con diamantes incrustrados. Además tenía unos guantes preciosos.
Todo estaba listo, la princesa estaba en el salón de ceremonias a punto de pasar por encima de una larga alfombra roja. Había muchísima gente, de distinta zonas del reino. Sus hermanas estaban en primera fila para verla. Todas iban con sus príncipes y lucían unos vestidos preciosos. Aurora terminó de desfilar por la gran alfombra roja y llegó junto a Stefan sentado en su trono. Todo iba a salir perfecto... o no.
-¿Te comprometes a ser una reina justa, bondadosa y responsable?- dijo el maestro de ceremonias con una mirada de falsa alegría.
-Me comprometo a ser justa, bondadosa y responsable en mi labor con el Gran Reino.
El maestro de ceremonias se acercó con la corona en la mano para ponérsela a Aurora.
-Yo te nombró reina del... ¡Hahaha, esto me pertenece mocosa!
No la coronó, pues el "maestro de ceremonias de repente se transformó en... ¡Maléfica! Ella lanzó un hechizo y paralizó a todos los presentes excepto a Aurora.
-¡Maléfica!¿Por qué siempre tienes que hacer esto?¿No podríamos vivir en paz?- dijo Aurora presa del pánico.
-Siempre es igual princesita, hace unos años me expulsaste del reino, es más ¡tu marido casi acaba con mi vida!.
-Lo entiendo, pero tu me embrujasre, y si no fuese por las hadas buenas que modificaron tu maldición...¡Estaría muerta!- dijop la princesa casi llorando.
-Yo... me arrepentí de ello unos días después de maldecirte, y, creo... que puedo cambiar.- dijo Maléfica entre grandes sollozos.
En ese momento una niebla envolvió a Maléfica, y la dejó en el suelo. Tenía otro aspecto, parecía una muchacha muy bella, con el pelo moreno y la piel clara. Maléfica parecía estar en un sueño profundo e irrompible, como el que sufrió Aurora, pero aún más fuerte todavía.
De pronto se rompió el hechizo de paralización y todos empezaron a moverse. Stefan coronó a Aurora y se celebró un bonito banquete.
Cuando acabó la ceremonia, la reina ordenó que dejasen a Maléfica en la habitación más acogedora del palacio, en la cual durmió para siempre.
Al cabo de unos días, Aurora, pensó que el mejor ejemplo de perdón que había existido fue el de maléfica, a la cual siempre llevará guardada en su corazón.
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